Si alguna vez se te ha enterrado una uña del pie, sabes lo molesto y doloroso que puede llegar a ser. Este artículo está dedicado a que sepas como tratar esta condición y a que cuides tus pies y uñas para evitar volver a pasar por ello.

 

Causas de las uñas encarnadas

Las uñas encarnadas se producen cuando el borde de la uña se curva y crece hacia el costado de la piel en lugar de hacia arriba. Esto puede deberse a diversas razones:

  • Corte incorrecto de uñas: cortar las uñas de los pies de manera incorrecta, especialmente demasiado cortas o en ángulos redondeados, puede propiciar el crecimiento incorrecto de la uña.
  • Calzado inadecuado: el uso constante de zapatos apretados o de punta estrecha puede presionar las uñas y hacer que se encarnen.
  • Forma de la uña: algunas personas tienen naturalmente uñas curvas o en forma de abanico, lo que aumenta el riesgo de que se encarnen.

 

Tratamiento de las uñas encarnadas

Si ya estás experimentando el dolor y la incomodidad de una uña encarnada, aquí hay algunas medidas que podrían ayudar:

  • Baños de pies: remoja tus pies en agua tibia con sal durante unos 15-20 minutos varias veces al día. Esto puede ayudar a reducir la inflamación y ablandar la piel alrededor de la uña.
  • Elevación y limpieza: con cuidado, levanta el borde de la uña encarnada con un pequeño trozo de algodón limpio para evitar que se incruste más. Limpia suavemente debajo de la uña.
  • Consulta médica: si el dolor es intenso, hay enrojecimiento o hay signos de infección, es importante consultar a un profesional de la salud. En algunos casos, puede ser necesario recortar o eliminar parte de la uña.

 

¿Cómo prevenir su reaparición?

La prevención es fundamental para evitar futuros episodios de uñas encarnadas. Aquí tienes algunos consejos:

  • Corte adecuado: corta tus uñas rectas y no demasiado cortas. Evita cortar los bordes en ángulos redondeados.
  • Calzado cómodo: opta por zapatos que tengan suficiente espacio para los dedos y no ejerzan presión sobre las uñas.
  • Mantén los pies limpios: lava tus pies regularmente y sécalos bien, prestando atención a los espacios entre los dedos.
  • Higiene adecuada: siempre corta las uñas con herramientas limpias para reducir el riesgo de infección.