La toxoplasmosis es una enfermedad ocasionada por el parásito Toxoplasma gondii, designado como ‘el parásito más exitoso del mundo’ porque la mitad de la población lo ha contraído en algún momento de su vida.

 

¿Cómo se contrae la toxoplasmosis?

 

Toxoplasma gondii es un parásito cuya reproducción sólo se da en felinos (gatos, guepardos y linces) y sus organismos infecciosos sólo se originan en los excrementos de los mismos. Pero, cualquier animal de sangre caliente puede contagiarse con dichos excrementos y propagar el contagio.

El contagio de toxoplasmosis en humanos sucede al ingerir carne, fruta, verdura, agua o tocar objetos contaminados. Aunque, generalmente, el Toxoplasma gondii no se transmite de persona a persona, una madre puede transmitir el parásito al feto durante el embarazo (congénita), podríamos infectarnos por trasfusión o trasplante, o contraerlo durante el sexo, de hombre a mujer.

 

Tratamiento y prevención de la toxoplasmosis

 

La toxoplasmosis debe seguirla un especialista y su tratamiento debe prescribirlo un médico. Aunque, por regla general, no es necesario tratamiento, en recién nacidos, mujeres embarazadas con infección aguda y personas inmunodeprimidas, el médico podría recetar pirimetamina, sulfadiacina o folinato de calcio. Las personas seropositivas tienen especial riesgo de contraer toxoplasmosis, pero existen hábitos que nos ayudarán a prevenir el contagio:

  • El microondas y la refrigeración normal no son eficaces. La carne debe cocinarse a temperaturas superiores a 80ºC, comerse tras un reposo de tres minutos y congelarse a menos de -18ºC, al menos, durante 48 horas.
  • Evitar embutidos crudos, ahumados, carne curada y lácteos no pasteurizados.
  • Lavar bien frutas y verduras frescas con agua (los productos de higiene alimentaria no son efectivos) y pelar la fruta después de lavarla.
  • Beber agua corriente o embotellada, evitando fuentes naturales.
  • Lavar y desinfectar todos los utensilios de cocina, con agua caliente y jabón.
  • Lavarnos bien las manos antes de comer y después de manipular cualquier alimento.
  • Las cajas de arena de los gatos deben lavarse regularmente, usando siempre guantes. Las mujeres embarazadas, los niños y las personas inmunodeprimidas deben evitar a los gatos o, al menos, realizar esta tarea. Y los gatos deben permanecer dentro de casa, alimentándose con comida para mascotas o carne bien cocida.
  • En caso de trabajar en el jardín, usar siempre guantes y lavarse bien las manos al terminar.

 

Síntomas de la toxoplasmosis

 

Una persona enferma de toxoplasmosis puede ver afectada casi cualquier parte de su cuerpo. Si nuestro sistema inmune es fuerte mantendremos al Toxoplasma gondii controlado e inactivo, consiguiendo una inmunidad de por vida. Pero, si nuestro sistema inmune es débil la infección podría complicarse. Generalmente, las personas contagiadas suelen ser asintomáticas, pero la toxoplasmosis puede manifestarse :

  • Toxoplasmosis aguda: generalmente asintomática, pero puede provocar anemia leve, dolor muscular, faringitis, fiebre, inflamación cervical o axilar indolora, inflamación del hígado, malestar, linfocitosis atípica o aumento de las enzimas hepáticas.
  • Toxoplasmosis en el embarazo (congénita): si la madre se infecta de Toxoplasma gondii antes de la concepción, no transmitirá el parásito al feto. El primer trimestre del embarazo es el más peligroso, si la infección sucede o se reactiva podría suponer: aborto espontáneo, muerte fetal intrauterina, malformaciones fetales, defectos visuales del bebé, retaso psicomotor o hidrocefalia. Entre las semanas 10 y 14 del embarazo, los efectos en el bebé incluyen parto prematuro, bajo peso, anormalidades de la retina, convulsiones, calcificación cerebral, fiebre, ictericia, tamaño anormal de la cabeza. Durante el tercer trimestre, la mayoría de los bebés nacen sanos, pero presentan un riesgo alto de padecer discapacidad intelectual, convulsiones o toxoplasmosis ocular, meses o años más tarde.
  • Toxoplasmosis ocular: con necrosis localizada de la retina o inflamación granulomatosa de la coroides, acompañada de dolor ocular, visión borrosa e incluso ceguera.
  • Toxoplasmosis del sistema nervioso central: provoca alteración del estado mental, cefaleas, convulsiones, coma, deficiencias neurológicas, fiebre, parálisis de los nervios craneales y trastornos visuales.
  • Infecciones generalizadas fuera de ojos o sistema nervioso central: es poco frecuente y predominante en pacientes con graves inmunodeficiencias. Puede conllevar neumonitis, exantema maculopapular generalizado, escalofríos, fiebre elevada, miocarditis, polimiositis y postración. Las infecciones generalizadas no tratadas suelen ser mortales.

 

Algunas evidencias relacionan los anticuerpos de Toxoplasma gondii con el desarrollo de: adicción, autismo, esquizofrenia, demencia o tendencias suicidas.